El alma de los violines negros
Photo by Aymer Andres Alvares on Revista Semana
Aquí una síntesis del trabajo de Paola Muñoz en su libro Las almas de los violines negros
Los violines caucanos son representativos de la música de la zona alta o montañosa del norte del departamento, aunque también hay presencia en la zona plana del norte y en el sur del Cauca, siendo tradicional en la celebración decembrina de nacimiento de Niño Dios (Ararat et al, 2013). Surgieron hace más de 300 años, como un símbolo de resistencia y lucha de los pueblos afro esclavizados, además de la muestra física de una mixtura de culturas, pues se adapta un instrumento tradicional clásico, el violín Stradivarius, por parte de los esclavos negros, con materiales autóctonos como la guadua y que aprenden a tocarlo sin ninguna formación. Actualmente se mantiene en gran medida el aprendizaje empírico de los músicos.
Photo by Moises Alex on Unsplash
El violín europeo llega al Cauca por Popayán, con la llegada de las comunidades religiosas coloniales, y seguido, el violín se distribuye en las haciendas y demás lugares de la Gobernación de la provincia (Muñoz, 2019). El papel de la iglesia en este punto histórico es muy importante, pues la evangelización no solo fue de carácter espiritual o moral, sino que tuvo un componente musical, aunque vale aclarar que se hizo una diferenciación entre la evangelización a indígenas y negros, pues por la misma categorización racializada hecha por españoles, los indígenas gozaron de mayores beneficios, como que la enseñanza de cantos era dad en las capillas doctrineras y en la catedral de Popayán, mientras que para los negros se impartía en las grandes haciendas del Cauca en los conventos y casonas como lugares de servidumbre (Muñoz,2019).
Ya que se consideró a los negros como seres esclavizados sin alma, y por tanto sin unaexistencia ontológica, el aprendizaje musical no implicó que se destinara un tiempo o propuesta definida por parte de sus señores propietarios. Por esto, el aprendizaje musical de comunidad negra esclava se dio por autoaprendizaje, destacando dos características importantes, aprendieron a emular la elaboración de los instrumentos, y aprendieron por medio de la escucha y la imitación, a cómo interpretar los instrumentos. Se distinguen dos territorios de conformación del violín caucano, por un lado, el del Valle del Patía, y por el otro, el nortecaucano. El del Valle del Patía se distingue por no tener alma. La estructura interna del violón la constituyen dos elementos fundamentales: la barra armónica y el alma, el alma es un palito de madera ubicado al interior del violín, para dar mayor sonoridad del instrumento, por tanto, un violín sin alma sonará débil, sordo y hueco.En el caso del violín del Valle del Patía, la ausencia de alma permite una sonoridad distinta, de bajo volumen, un sonido grave, en algunos casos, metálico. El alma aquí surge con una doble acepción: el violín como material con la sonoridad por la pieza de madera, y la relación con la materialidad de sus vidas, permitiéndoles una relación con el mundo de los espíritus en la necesidad de entregar el alma para poder tener sonoridad en un violín (Muñoz, 2019).
Por otro lado, en el norte del Cauca, los violines negros sí tienen alma. Y su explicación es antagónica a la de los músicos del Valle del Patía, pues en el norte del Cauca cuando tocan el violín, también es una representación de la veneración y oración, emplean el violín como parte de la doctrina cristiana. Históricamente el proceso de evangelización en el norte del Cauca fue mayor, por las comunidades religiosas que oficiaban en ellas (Muñoz, 2019). Dice Muñoz (2019, p.108) que “Un violín con alma como los del norte del Cauca, revela la cristianización de la música y el sometimiento de sus cuerpos, en ese proceso de confinamiento en las haciendas”. En el proceso de adoctrinamiento, y sumado al hecho de estar confinados, pudieron observar e imitar el violín tanto las partes internas como externas, para su fabricación artesanal, además de la fuerte incidencia de los cantos litúrgicos del romancero español de los siglos XVI y XVII, que posteriormente fueron transmitidos por tradición oral.
Referencia: Muñoz, P. (2019). Las almas de los violines negros. Popayán: Gamar editores.
0 Comentarios