Crímenes imposibles: Review | Opinión

by - septiembre 07, 2020

Crímenes imposibles es una película argentina del 2019, dirigida por Hernán Findling que al mejor estilo de su género, el thriller, aparenta algo que no es hasta darse una resolución. Es una muy buena película para mí sentir, aunque evidentemente no es perfecta, ni mucho menos.

Poster Crímenes imposibles película

Lorenzo Brandoni (Federico Bal) es un detective con experiencia que pierde a su familia en un accidente de auto. Tiempo después empiezan a suceder algunas extrañas muertes, y pierde todo sentido cuando, además, se presenta una joven monja, Caterina (Sofia de Tuffo), quien asume la responsabilidad por los asesinatos, aludiendo a una posesión demóniaca cuando ella duerme. Para resolver estos crímenes Lorenzo tendrá que encontrar qué relaciona todos los homicidios y la relación de la monja en estos.

Lo interesante, desde mi punto de vista, es que esta es una película que si bien usa elementos de muchos géneros, y puede llegar a sentirse una mezcla medio extraña de escenas, no se encasilla en ninguno.

En las primeras escenas mi pensamiento fue "ok, una película más de terror", fácil, usa jumpscare y sale, pero no, luego pasa a usar recursos de una película policíaca, y nuevamente no se queda aquí, usa el elemento más básico de un thriler como es un plot twist más, o menos, esperado, pero está ahí. Y también hay algunas cosas de una película drámatica.

Es es entretejido lo que me llama la atención de la película, no destaca evidentemente en ninguno de los género, aunque en el que se asienta en el el thriller, y creo que hace bien de ubicarse formalmente en este género, porque sino, en los otros, es espantosa, finalmente no da miedo ni siquiera recurriendo a los jumpscare, pero la argumentación final que se le da es buena, da sentido a la historia, un poco ajustada, pero cobra sentido finalmente.

Otro punto que es importante es el uso de la iluminación, pues sirve como punto de referencia en el recorrido de Lorenzo hacía encontrar qué es lo que une a las personas muertas.

Federico Bal y Sofia de Tuffo, protagonistas

El hecho de ser una mezcla de diferentes géneros, para no ser ninguno, puede gustar, o disgustar, pero uno de sus puntos flojos sí está en el desarrollo de la trama, en los que hay momentos muy fluidos, y otros en los que son como la pausa para que desvíes la mirada, te levantes y descanses, porque no pasa nada.

Eso junto a la participación de los personajes secundarios, puede perder un poco el interés, pero se justifica enteramente con el relato final, así que es necesario, sí o sí, verla completa para emitir un juicio.

Una historia hecha para ser contada, como quien cuenta un cuento a alguien más, tampoco busca ser la mejor película del año, es entretenida, y al menos para mí, buena como un experimento de ser y no ser algo.

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