El problema en La ética protestante y el espíritu del capitalismo
Explica Weber que la Reforma no significó la eliminación de la figura de autoridad sino la sustitución de una forma de autoridad por otra, pasando un poder formal y con poca presencia en la vida práctica, a una reglamentación completa del modo de vida con cabida en la vida pública y privada. Más aún, en tanto que los partidarios de la ideología consideraban que debiera haber más control de la sociedad.
Weber analiza como un punto importante en esta conformación de una cultura material, la educación, o formación académica que recibían las personas, con diferentes principios de vida que en años posteriores incidían también en el entorno laboral, tanto en las categorías ocupacionales a las que pertenecían dependiendo de a qué corriente se adhiera (católico - protestante). En esta parte Weber concluye que, para analizar el fenómeno, particularmente en Alemania, se debe enfocar este análisis en las características internas de las confesiones religiosas, es decir, rasgos puramente religiosos, y no en la situación histórico política exterior a las mismas.
Posteriormente, establece el espíritu del capitalismo como una máxima índole ética, en sentido utilitarista, es decir, destaca una serie de virtudes, pero solo en cuanto sean útiles al individuo, en tal sentido, no es necesario tener la virtud sino parecerla siempre que se consiga el mismo fin. “El hombre queda referido a ese ganar dinero como al objetivo de su vida, no es la ganancia la que queda referida al hombre como un medio para la satisfacción de sus necesidades materiales”, como una consecuencia de cómo se construyen en un origen las sociedades categorizadas como capitalistas o no capitalista.
Adicionalmente, critica que quienes se entregaron a la necesidad del dinero como instinto, no representaban la mentalidad de la que surgió el espíritu del capitalismo como un fenómeno de masas. Y define el tradicionalismo como el fenómeno humano de no ganar dinero por acumulación, sino solamente vivir, y obtener el dinero necesario y justo para lograrlo. Posteriormente Weber se vuelca sobre el racionalismo práctico, entendido como el modo de vida en donde lo primordial son los intereses propios, y como fundamento de la tipicidad.
Concluye que la causalidad tiene una dirección desde lo religioso hacia la acumulación de capital, y no al revés como se planteaba.
Si bien, en el análisis realizado por Weber, se encuentra la religión como causal del sistema económico ¿Es posible, bajo el sistema económico actual, hablar de una inversión de la causalidad, en la transformación de la concepción religiosa, y en qué modo se produce esta?
Referencia
Weber, Max (1994): "Introducción" y "Primera parte: El problema". En La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Barcelona: Editorial Península. pp 5-107.
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