Diego Correa | Flickr
El hecho es histórico porque esto no sólo significa un cambio en la Constitución, de fondo es la materialización a la crítica del Estado neoliberal, del cual Chile era el modelo más alabado por la derecha en América Latina. Por esto se espera que la nueva constitución esté acotada por la voluntad popular y un sentido del Estado de bienestar social.
A pesar de sólo tener una participación del 50% de las personas habilitadas para votar, los resultados del plebiscito mostraron que el 78,27% de los votantes "Quiere una Nueva Constitución", mientras que el 79,24% de los votantes favoreció a la Convención consituticional como el órgano que debía redactar la Nueva Constitución.
La convención constitucional es un órgano que será integrado por 155 personas elegidas directamente por la sociedad chilena, además, tiene una particularidad pues esta convención deberá garantizar la paridad de género entre sus integrantes y contará con un número garantizado de representantes para asegurar la participación de la población indígena.
Estado neoliberal en Chile
La materialización del plebiscito es el resultado de intensas protestas que se vivieron en Chile desde el año pasado, cuando un grupo de jóvenes, principalmente mujeres feministas, se pronunciaron en contra del aumento del pasaje de metro en Santiago de Chile, la capital de país. Este caso que a simple vista era un evento mínimo logró que la inconformidad latente de distintos sectores de la sociedad chilena se sumaran, para criticar fuertemente las condiciones de vida de la población.
Chile se había convertido en el ideal de los gobiernos de derecha neoliberales en América Latina, pues había sido el único con una posición fuertemente neoliberal, y hasta el estallido social del año pasado siempre se referenciaba como el modelo digno de repetir. Los servicios básicos que han sido responsabilidad de los Estados modernos como la educación, la salud, transporte, entre otros, en Chile se fueron privatizando con el paso del tiempo desde el régimen de Pinochet.
Esta privatización seguida de la implementación de una política económica neoliberal logró que Chile fuera considerado uno de los países de la región con mejores índices de calidad de vida, pero por otro lado, la precarización de los servicios obligaba que esa mejor calidad de vida tenía un precio muy alto para los chilenos.
Habría que destacar también que, a pesar del estallido social del año pasado, no es un hecho aislado o que sólo se haya presentado desde el 2019, sino que ha venido tratando de conseguir el objetivo de reformar la Constitución chilena desde ya hace varios años. Por mencionar uno, fue el intento de reforma constitucional que se planteó en el gobierno de Michelle Bachelet.
El 25 de octubre de 2020 será un día histórico para la sociedad chilena, viviendo un hecho sin precedentes en la historia reciente. Este día los chilenos asistieron a un plebiscito convocado por el gobierno, y se pronunciaron a favor de renovar la Constitución vigente, heredada de la dictadura de Pinochet (1973 - 1990).
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