La obra de Karl Marx en la vida actual

by - julio 17, 2020

Karl Marx fue filosofo, economista, sociólogo y militante comunista alemán de origen judío. Su obra ha generado interpretaciones de toda índole a lo largo de los años, y más fuertemente después de su muerte, mientras que su trabajo se ha visto reflejado en la economía, historia, geografía, sociología y literatura.

Leer y entender a Marx exige una alta concentración y capacidad lectora, no solo saber leer, sino también tener una contextualización que permita reconocer cuando conversa y discute con otros pensadores, que manejan un discurso narrativo igual o más complejo que Marx, caso así en Introducción a la crítica de la filosofía del derecho, en la que discute con Hegel, filosofo del idealismo alemán. Definitivamente, su obra tiene un impacto en cómo el lector, después de reflexionar sus planteamientos, se relaciona con el mundo, en la medida que genera unos cuestionamientos sobre la actualidad que, ya hace más de 100 años, Marx se realizó y analizó.

Considero oportuno, para continuar, aclarar mi trayectoria académica, con un título profesional como ingeniero biomédico, por lo que, remitiéndome a la primera pregunta del curso de Karl Marx, “¿qué conoce o ha escuchado acerca de Karl Marx?”, no tenía formación cercana o un reconocimiento de la obra de Marx. Es justamente, en esta dualidad entre ingeniería y sociología, en donde más conflicto me ha generado leer y entender la obra de Marx, ya que, el pensamiento formado en el área de ingeniería poco se preocupa de reconocer aquellas situaciones de las que se hace cargo Marx en su análisis. Interesante es que el desarrollo tecnológico del que se sirve la ingeniería, como veremos más adelante, ha dependido fuertemente de las condiciones de las cuales se ocupó Marx. A continuación, presentaré las principales reflexiones a las que me ha llevado la lectura de Marx.

Es valioso reconocer que muchas de las frases adjudicadas a Marx, si bien sí pueden corresponder a él, son frases sacadas de su contexto con el objetivo de tergiversar y ganar adeptos a movimientos e ideologías de uno u otro lado. Las interpretaciones frente a su obra son múltiples, y la mayoría organizada binariamente -endiosándolo o satanizándolo-. Por un lado, se menciona a sus autollamados seguidores que tergiversan, sin embargo, no son fieles a la obra de Karl Marx, causa de esto es, como menciona Wheen (2002, p. 9-11), que quienes reprodujeron sus obras en el siglo XX endiosaron al pensador a tal punto de no tratarlo como una persona, y sin siquiera debatirlo. Y por otro lado se cuenta con aquellos críticos que “han incurrido en el mismo pero contrario error de imaginárselo como enviado de Satanás” (Wheen, 2002, p. 11). Lo cual, en la formación como sociólogo, plantea una primera diferenciación entre la interpretación de quienes afirman ser seguidores de Marx, el marxismo, y el comunismo, y la interpretación académica y sociológica de sus obras.

De este modo, la lectura de su obra es valiosa, puesto que aporta en la construcción del conocimiento sociológico, pues sin importar si es, o no, uno de los intelectuales más representativos de la sociología clásica, en sus obras deslumbró muchos aspectos de la vida social y cómo influían temas importantes en la sociedad, tales como el trabajo o la religión.

La carga histórica es principalmente importante en Marx en sus primeros años de formación, mencionando en esta, la relación con la religión y su familia. Para entender las obras de Marx es necesario entender el contexto social, económico y político de la Europa de los siglos XVIII y XIX, periodo en el cual se desenvolvió y dialogó con intelectuales previos a él, en este aspecto, Europa fue una seguidilla de revoluciones sociales en las que finalmente se logró conformar la idea de Estado actual, de este periodo de tiempo podemos destacar la revolución francesa, la revolución industrial, el proceso de restauración en Francia (en Julio de 1830) y la emergencia de luchas obreras en Europa.

Un concepto importante que hay que rescatar de Marx, en la formación sociológica, es su conceptualización de las clases sociales. En medio de las revoluciones mencionadas, se formó una nueva clase social de trabajo manual, y posteriormente fue ligado a la propiedad privada. De aquí, el concepto de luchas de clases es muy importante en el desarrollo del pensamiento de Karl Marx, aunque se aclara que en la práctica la discusión se da entre intereses. Marx se refería a la distinción entre burguesía y proletariado, como consecuencia de la separación del medio de producción del individuo campesino, así pues, los burgueses se configuran como la clase dueña de los medios de producción, y los proletarios o clase obrera como la fuerza de trabajo.

Como mencionaba previamente, al contrastar con la actualidad, es posible identificar que algunos de estos postulados, por ejemplo, los consignados en el Manifiesto comunista respecto a la lucha de clases (Marx y Engels, 2000, p. 18): “La sociedad se divide cada vez más en dos grandes campos opuestos, en dos clases enemigas: la burguesía y el proletario.”, siguen vigentes en la actualidad, haciendo ciertas salvedades, como que actualmente la clase obrera ha ido disminuyendo en casi 200 años desde la época a la que Engels y Marx se refieren, pues la masa de trabajadores obreros ha ido siendo paulatinamente desplazada por otras profesiones laborales, por lo que, a mi parecer podría considerarse ahora una concepción más apegada a la concepción de Marx, en el sentido de no relacionarlo directamente con la labor, sino con la separación entre medios de producción y fuerza de trabajo, así me mantiene la separación aún hoy día.

Por otro lado, uno de los aportes del estudio de la obra de Marx es ver cuán fuerte fue la relación entre la religión y la formación del Estado, pues si bien previamente, sí reconocía el poder que tiene la religión, no consideraba todas sus implicaciones a lo largo de la historia en la conformación de los sistemas políticos y económicos de los que hacemos parte. Marx no era ni partidario ni antipropagandista, en relación con la religión, su relación pasa entre lo intelectual y la evasión, sin embargo, sí marcó parte de su formación temprana, principalmente en relación con el hegelismo y su condición judía.

La religión tuvo un papel muy relevante en estas obras de Marx, pues gran parte de sus críticas y análisis parten de la identificación de la religión como causa. Al respecto, Marx plantea la necesidad de emanciparse de la religión, es decir, no tener que servir a las figuras cristianas, y del mismo modo, plantea que el paso siguiente debía ser la emancipación política, que se refiere a pasar de la monarquía a la democracia, nuevamente, en la construcción del Estado moderno. Sin embargo, según lo presentado por Marx, esta primera emancipación de la religión se da en términos sociales, eliminando el régimen religioso del poder administrativo (Marx, 1958).

En relación con esto, también, al estudiar la obra de Marx, permite entender cómo se planteó la estructuración del sistema social previo al siglo XIX y el que actualmente predomina en la sociedad. Respecto a esto, menciona que el desarrollo capitalista requirió el desarrollo de la manufactura y la agricultura, entendiendo que ya venía en ese proceso desde siglos pasados en el sistema feudal, y que, sin embargo, se plantea su propia destrucción (Marx y Engels, 2000). Menciona Marx que, la modernidad se gestó en el cerebro, con el apoyo de la filosofía, haciendo referencia a la liberación o revelación de la sociedad respecto a la hegemonía cristiana, y su amplia participación en el poder político. Marx destaca que este proceso tuvo nacimiento en el principado alemán, como respuesta a la pérdida de poder político que estaban viendo, y luego fue asumido por el principado inglés. La lucha teórica y práctica en Alemania condujeron a desarrollar las condiciones modernas capitalistas, como ya sucedía en Francia e Inglaterra. Es, además, interesante que Marx amplia la discusión que ya había dado Feuerbach respecto a esto, al incluir la relación no solo de la religión con el hombre, sino con el Estado y la sociedad.

Marx se refiere a la emancipación política como la formación del Estado. Mientras que, la emancipación humana está por fuera de lo que puede hacer el Estado moderno, de ser posible, este tendría que apropiarse de la riqueza para resolver los problemas de la sociedad. Para Marx, la emancipación se dio a nivel de sociedad, no de individuo, así pues, si en la esfera pública y de poder no se hace presente la religión en el conjunto, sí lo hace a nivel individual (Marx, 1958, y Marx, 1958 [2]). Esta distinción entre lo individual y la sociedad en conjunto, a mi consideración, es muy relevante, pues es una distinción que Marx mantiene, y que invita a analizar todo fenómeno desde el sujeto individual y en sociedad, evidenciando la diferencia de cada componente social que Marx trabaja en cada ámbito.

Considero interesante, cómo, a partir del análisis que se realiza para la sociedad europea, según lo expuesto en las clases, es posible determinar que la formación del Estado nacional se dio en paralelo en Europa y en América Latina, representando un gran progreso, si bien no es la forma última de la emancipación humana, si es la forma última actual. Más adelante, se plantea el Estado de bienestar surge como un juego de poderes entre los grandes ricos y el Estado -obreros y empresarios-, para balancear las necesidades de sociedad frente a la acumulación de riqueza individual.

Aquí quisiera remitirme al planteamiento de Yuval Harari (2018, p. 21-23), quien dice que este ‘relato’ -sistema- político, económico y social, del que actualmente hacemos parte (el relato liberal), ha logrado sobreponerse a diferentes crisis a lo largo del siglo XX, saliendo victorioso frente a los relatos fascista y comunista, sin embargo esto no significa que sea el ideal, ni el último que existirá, ya que como sociedad mantenemos en un continúo cambio, y prueba de ello es que en la época actual se rebate este relato liberal, buscando mejorar las condiciones globales e individuales.

Particularmente, me llamó mucho la atención, en la medida de hacerme ver algo naturalizado, que instituciones como la iglesia y el ejército, y en la misma media el adoctrinamiento, están tan naturalizados, en espacios como la academia que se incluyen himnos, y actos protocolarios en los eventos deportivos, por ejemplo, o los grados académicos. Me pareció muy interesante este llamado a analizar toda situación social, porque yo defendía las bondades de este tipo de prácticas, sin reconocer todas las situaciones que enmascaraba esto, y caer en cuenta que nunca me había cuestionado el trasfondo de cada una de estas prácticas sociales.

Uno de los puntos más álgidos en mi discusión individual frente a la obra de Marx, desde el punto de vista sociológico, pasa por la discusión interna entre la ingeniería y el desarrollo tecnológico, y la sociología. Ya que, por el lado de la ingeniería y el desarrollo tecnológico se sigue una lógica de innovación constante, y con la idea de primar este desarrollo a las personas como ser humano, por ejemplo, al leer El trabajo enajenado, me cambió un poco la perspectiva -considero que ya tengo un proceso ganado en no estar encasillado en la imagen de ingeniería- al pensar lo que aquello que se piensa desde la ingeniería como beneficio global se invisibiliza al sujeto individual y de qué forma se le afecta.

Esta situación me plantea un constante debate interno, que aún no logro conciliar, pues soy partidario del desarrollo tecnológico, y de prácticas como el emprendimiento, pero, por otro lado, actualmente me pregunto si es ese el camino correcto, y si es posible ser responsable socialmente y a la vez pretender seguir la lógica capitalista, o si es necesario un cambio radical, aún dentro del mismo sistema, en la medida que, por ejemplo, algunos postulados del emprendimiento responsable, rescata algunos postulados como el rescate del ser genérico, en términos de Marx (1958 [2]), manteniendo un alza en la productividad -habría que estudiar más a profundidad estos nuevos ideales del emprendimiento si no socavan al trabajador-. También me surge la inquietud de si aquello que me parecía el camino lógico, es solo una muestra del marco sociopolítico en el que he estado inmerso durante todo mi transcurso de vida académica.

Me parece igualmente interesante, y en consonancia con Weber (Giddens, 1976, p. 29), destacar que ha sido la burguesía la responsable de la revolución política, después de la económica, y han sido quienes eliminan todo enlace entre el ser humano que no responda a un interés económico o de mercado (Marx y Engels, 2000, p. 28-30). Evidentemente, no es la mejor condición, pero tampoco se podría por ello satanizar esa evolución desde el siglo XIX hasta nuestros tiempos.

La burguesía, desde su advenimiento, apenas hace un siglo, ha creado fuerzas productivas más variadas y colosales que todas las generaciones pasadas tomadas en conjunto. La subyugación de las fuerzas naturales, las máquinas, la aplicación de la química a la industria y a la agricultura, la navegación a vapor, los ferrocarriles, los telégrafos eléctricos, la roturación de continentes enteros, la canalización de los ríos, las poblaciones surgiendo de la tierra como por encanto […] Después de algunas décadas, la historia de la industria y del comercio no es sino la historia de la rebelión de las fuerzas productivas contra las relaciones de propiedad que condicionan la existencia de la burguesía y su dominación. (Marx y Engels, 2000, p. 34-35)


Aunque no se puede negar esta visión de desarrollo producto de la acción burguesa, tampoco podemos decir que no se ha afectado a la misma población, en la medida que no se ha preocupado por su impacto, y que deja avanzar una inconformidad, que posteriormente germina en luchas de clases.

Marx menciona que los ciclos de producción dependen del desarrollo de la tecnología, cambios en la organización empresarial y, entre otras, por la organización de las ramas de producción. También, con la lectura de Lecciones para el siglo XXI, de Yuval Noah Harari (2018, p. 38-64), se retoma la separación entre trabajo manual y trabajo intelectual (Marx, 1958 [2]), pero ahora de forma más intensiva, al punto que entre hombre y maquina se plantea que no exista diferencia, ya que el desarrollo de áreas como la bioinformática, machine learning y demás, ha generado que se repita el mismo proceso que relata y analiza Marx. Hay que destacar que la fuerza laboral se remite a la venta del ser humano como fuerza física de trabajo, y que ha sido desplazada por el desarrollo de maquinaria más ‘eficiente’, es decir, actualmente, ya desplazada en gran medida la capacidad física humana por maquinaria, ahora el esfuerzo se da en el ámbito de la capacidad ‘cognitiva’ -si es que se puede llamar así-, y la bioinformática se planta como una gran alternativa para reemplazar la labor humana en áreas como la financiera, administrativa.

Retomando mi discusión interna, previamente mencionada, vuelve y se hace visible aquí, pues al entender las condiciones del trabajo, que plantea Marx, principalmente en El trabajo enajenado, y Sobre la cuestión judía, me plantea que los ciclos de la producción dependen de la tecnología, cambios en la organización empresarial, organización de ramas de producción, y su resolución se da por reorganización social o introducción de maquinaria (Marx y Engels, 2000), de esta manera, la visión que plantea Harari (2018) puede desencadenar es una mayor explotación, tal vez en otros ámbitos, dado que las máquinas y nuevas tecnologías no será para toda la población, sino para quienes son los dueños de los medios de producción.

Así pues, estos primeros textos de Karl Marx han sido importantes en la formación sociológica académica, para entender, no solo las condiciones de la época de Marx, sino, las implicaciones de estas, en la sociedad actual, y plantearse los retos venideros de las siguientes décadas, particularmente, tratando de conciliar con mi formación como ingeniero.

Referencias

Wheen Francis (2002) Karl Marx. Madrid: Editorial Debate.
Marx Karl (1958) [1] Introducción a la crítica de la filosofía del derecho. En Marx K. y Engels F. (1958) La sagrada familia y otros escritos filosóficos de la primera época. México: Editorial Grijalbo
Marx Karl (1958) [2] Sobre la cuestión judía. En Marx K. y Engels F. (1958) La sagrada familia y otros escritos filosóficos de la primera época. México: Editorial Grijalbo
Marx Karl y Engels Friedrich (2000) Manifiesto comunista. Editorial elaleph
Harari Yuval, N. (2018) 21 lecciones para el siglo XXI. Colombia: Editorial Debate
Giddens, Anthony (1976) Política y sociología en el pensamiento de Max Weber. Madrid: Alianza Editorial
Luna B., Mario (2020) Karl Marx periodo 2019-02 [Material del aula]. Universidad del Valle, Santiago de Cali, Colombia


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