Festival Petronio Álvarez: Un reencuentro de culturas racializadas

by - octubre 16, 2020

El Festival Petronio Álvarez que se lleva a cabo en Santiago de Cali, sirve como excusa para una resignificación de la raza negra en la sociedad caleña, que no solo se presenta como una actividad cultural para las personas afrodescendientes, sino también como invitación para toda una ciudad entorno a la música, comida, baile y jolgorio.

Festival de música del pacifico Petronio Álvarez
Sol Robayo | Flickr

Hay que recordar que la ciudad de Santiago de Cali es la ciudad con mayor población afro en Colombia, según se menciona en los trabajos desarrollados por Urrea (2012) y Urrea (2017), por lo que no es de extrañar que un festival de esta magnitud se ubique precisamente en esta ciudad.

El festival se lleva a cabo, normalmente, en la Unidad Deportiva Alberto Galindo, el cual es un punto geográfico, a mi consideración, perfecto, ya que permite la acogida de mucha población, ya que al tener una de las estaciones del MIO (Sistema de Transporte Masivo Integrado de Occidente) más grandes e importantes, es posible que el festival no solo sea visitado por la población aledaña como es el sector de Siloé, sino también el oriente de la ciudad, sectores como Aguablanca, que según lo visto en estudios de distribución demográfica en Cali, es en donde hay una mayor densidad poblacional de raza negra. Esta ubicación permite de igual manera, que la población que no se encuentra en los sectores más deprimidos de la ciudad también participe en el festival, pues no es lejano de la zona de tránsito principal urbano.

La exaltación de la cultura negra se da en diferentes aspectos, no solo la música, que es muy importante, y es sobre el que giran casi todas las dinámicas al interior del evento, también se muestra la comida y bebidas típicas, en un espacio destinado al comercio, en donde se pueden encontrar también familias que se han preparado durante un año para su venta en el marco del festival, en donde además, respecto a las bebidas, estas juegan un papel de lujuria por los poderes afrodisíacos con los que se ofrecen estas, y que en el imaginario colectivo, acerca a la población común a tener algo de esa virilidad y sexualidad de la población negra; en el comercio que se ve dentro del festival también se presentan las artesanías y los servicios relacionados con la identificación cultural, pues es especialmente llamativo como muchas personas, negras o no, acceden por gusto, a llevar una pañoleta en la cabeza al estilo afro, y de hacerse trenzas, que son características de la vestimenta afro, y que en el marco del festival es una moda que no distingue razas.

También hay espacios pedagógicos, como lo es el Quilombo “German Patiño Ossa”, al cual no pude asistir, pero se ofrece como un espacio que busca “construir y reconocer el ámbito pedagógico detrás de las diferentes manifestaciones culturales del Pacifico colombiano”, es desarrollado en las horas de la tarde, en un espacio más familiar con la intención de tener un intercambio de saberes. En horas de la noche, arranca la muestra musical, que según mi vivencia, es lo más llamativo, y alrededor de las 8:00 pm el espacio destinado a las personas alrededor del escenario principal es invadido de muchas personas, y es en este punto donde toda una planeación y oferta de lo que es el Festival Petronio Álvarez cobra sentido, pues es particularmente interesante la unión de extranjeros, personas de tez blanca, mestizos, negros, clase alta, media y baja, se encuentran en un solo espacio sin intención de diferenciarse por estas particularidades socioculturales, sino que están todos en una misma sintonía en querer disfrutar de un espacio cultural inicialmente afro.

Festival de música del pacifico Petronio Álvarez
Sol Robayo | Flickr

Algo de particular atención es cómo al finalizar este encuentro, alrededor de la medianoche esa atmosfera de unión y de significancia racial, pierde fuerza en la medida en que la población visitante se aleja de la ciudadela, pues se nota que al regresar a sus viviendas ya no se vive la misma camaradería que está presente dentro. Y al pasar el tiempo, más específicamente, al pasar el siguiente día por el centro comercial más cercano (Cosmocentro) se puede notar que hay personas que regresan del Petronio, por su vestimenta, la cual es distintiva, asemejándose a la vestimenta de la cultura afro, especialmente en las mujeres, y que ya en un entorno social más corriente tienen las mismas prácticas sociales de insignificación, que distan de alguien que ha vivido una muestra cultural y ha disfrutado de un espacio como lo es el Festival Petronio Álvarez.

A partir de mi experiencia en el Festival Petronio Álvarez del año 2019 puedo concluir que es un espacio social que se presta para que enaltecer la raza negra, pero también para que la población no-negra tenga un acercamiento y se sienta como parte del colectivo, sin embargo, faltaría evaluar la incidencia del festival en la población ajena a este.

Referencias

URREA GIRALDO, Fernando (2012) “Transformaciones sociodemográficas y grupos socio-raciales en Cali a lo largo del siglo XX y comienzos del siglo XXI”. En Gilberto Loaiza, editor. Historia de Cali Siglo XX, Vol. I. Universidad del Valle, Cali: 145- 194.

URREA GIRALDO, F.; CANDELO, A. F. (2017) Cali, ciudad región ampliada: una aproximación desde la dimensión étnica-racial y los flujos poblacionales. En Sociedad y Economía no. 33, 2017. pp. 145-174.

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